Cuando terminé un curso, y estaba dispuesta a recibir un diploma; entré en la sala donde estaban todas mis compañeras besé a todas y una no quiso que la besara, se esquivó y miró para otro lado y no quiso que la saludara.
Como sé que yo era querida por otras compañeras, pensé que lo hacía por algo así como una pequeña envidia porque no tenía ningún motivo para enojarse conmigo.
Tomé la actitud como de quién viene y seguí mi camino.
Si en vez de que me sucediera a mí le hubiera pasado a otra persona, quizás esa persona se mortificaría por no ser aceptada; pero como sé que esas actitudes la toman gente que no se valoran, ni valoran a los demás y que les gusta la confrontación o hacer algo para perjudicar a los demás, me río de esas actitudes tan infantiles, en gente grande.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario